-CATEGORÍA DE HASTA 12 AÑOS: Desierta
-CATEGORÍA DE ENTRE 13 Y 17 AÑOS: Desierta
-CATEGORÍA DE 18 AÑOS EN ADELANTE:
Obra ganadora: “La Maqueta” por Microrretales, pseudónimo de Francésc Barberá Pascual
Ganador de un premio sorpresa valorado en 120 € y Diploma acreditativo.
1º Finalista con Diploma Acreditativo: “La Venganza”, por Kranke
2º Finalista con Diploma Acreditativo: “Vómito”, por Walamares
Mención Especial del Jurado por su reflejo fiel y sensible de la realidad socioeconómica del país, con Diploma Acreditativo: “Un buen empleo” por Daniel Martín.
El Jurado quiere resaltar la enorme calidad de la totalidad de las obras presentadas, así como dar las gracias por su interés a tod@s l@s participantes y la enhorabuena al Ganador.
Os dejamos aquí las obras ganadora y finalistas
"La Maqueta" de Francésc Barberá Pascual.
Papá lleva veinte años construyendo una maqueta. Su obsesión
ha llegado a tal límite que reproduce fielmente cada detalle de la ciudad. Si
el vecino decide pintar la fachada de su casa de otro color, papá corre a la
tienda a comprar el mismo tono de pintura. Mamá está harta. Ayer se fue de
casa. Después de buscarla durante todo el día, al final la encontramos en la
estación. A través de la lupa pudimos ver cómo se despedía de nosotros mientras
subía las maletas al tren.
"La Venganza" de Francisco J. Sánchez García
Cuando
Carlos se levantó para ir al Instituto su estómago bullía de hambre. El día
anterior no había comido pues murió Kranke, el perrito de su hermana Andrea, y
hubo que incinerarlo. Ya murió aquel maldito perro que no le dejaba dormir, que
mordisqueaba su guitarra y sembraba de pelos su ropa. Muchas patadas le propinó
a aquel jodido animal.
Tampoco
había cenado (botellón, madrugada, bronca) así es que se preparó el desayuno.
Encontró
el Colacao guardado en un estante y, somnoliento, añadió dos cucharadas a la
leche. Aquella ceremonia le devolvió a su infancia. Se sentía en paz con aquella
tibieza humeante y sin los molestos gruñidos del perro.
Cuando
le dio el primer sorbo no le gustó demasiado. “Han cambiado la receta del
Cacao”, pensó. Terminó de beber la leche y decidió oler el envase por si estaba
en mal estado. Abrió la tapa roja y olfateó el contenido.
El
Colacao apestaba así es que, asqueado, decidió tirarlo.
Mientras
el polvo caía sobre el cubo de basura apareció en la puerta su hermanita
Andrea, que al ver la escena, corrió hacia su hermano llorando de rabia:
_ ¡Kranke,
pobrecito! Lo has tirado a la basura. Te odio.
"Vómito" de Sergio López Vidal
La Ana infante vomita el sofá, devolviendo con
afectado esfuerzo el alimento engullido.Ana,la
madre, sujeta la frente de la pequeña, y desea que el maldito sofá se bañe, se
embadurne, se ahogue , se pudra con el torrente lechoso, que hace presa en la
boquita de la otra Ana. Seca el sudor de
la angustia atragantada. Y como cascada de maná recibe, Ana mamá, en su pecho
la bocanada liberada de un paliativo vómito. No hay asco. Hay descanso. Fundidas en el manchado
sofá, Ana y Ana .El amor huele a agrio.
"Un buen empleo" de Roberto Guillén Alonso
Pese a sus
indudables logros académicos, Daniel no podía elegir. La situación le obligaba
a valorar cualquier oferta de empleo, y le llamó la atención una que, como casi
todas, estaba encabezada por una o varias palabras en inglés. Rezaba
simplemente “Scarecrow”. No se especificaba la naturaleza del trabajo, pero por
el lugar debía ser tranquilo.
Acudió el día
indicado. Tras varias horas de tren, se encontró en un campo de centeno grande
como un océano; el cereal se extendía hasta el borde del horizonte. Daniel se
sintió un tanto desasosegado por el denso silencio, alterado sólo por el rumor
del centeno mecido por la brisa. Un sombrío y callado capataz le acompañó hasta
su lugar de trabajo. Un punto en la lejanía se fue agrandando hasta convertirse
en una tosca cruz de madera.
Daniel lo
comprendió.
Le encasquetaron
un basto sombrero de paja y, dócilmente, se dejó atar a la cruz.